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El molino en una vista nocturna. Foto de Christian Andújar. |
Si
existe en la Nava un edificio o construcción singular, este es, sin duda el
Molino Boriles. Si bien no se encuentra situado en el casco urbano, siempre se
ha considerado perteneciente a la Nava de Arriba, de hecho, en algunos mapas se
encuentra señalado como Molino de la Nava de Arriba.
Decimos que se trata de un molino singular, y sin duda así es por varios motivos.
En primer lugar en lo referente a su antigüedad, muy probablemente se trate de una de las construcciones más antiguas que todavía quedan en la Nava, si bien se encuentra en ruinas.
En algunos textos se le otorga una antigüedad de más de 300 años, aunque este es un dato que ofrece algunas dudas.
Existen distintos
estudios sobre el origen y la difusión en la Península Ibérica del molino de
viento. Estudios que defienden que ya fueron conocidos en la antigüedad clásica
e inventados por los griegos hacia el siglo I o II de nuestra era, desde donde
pasaron, primero a Roma y más tarde a todo su imperio. Hay otros que mantiene
que fueron concebidos en oriente hacia el siglo X y traídos por los árabes. Y
por último, hay quien afirma que los más antiguos fueron los de Holanda y
Bélgica y que su primer diseño data del siglo XII, desde donde se expanden por
el resto del continente europeo.
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Interrogatorio del Catastro de Ensenada. |
No obstante, según parece, los molinos de viento en España se remontan al siglo
X, aunque parece que se comenzaron a implantar en La Mancha en torno a 1575. Pero teniendo en cuanta
todo lo anterior, en ningún texto de esas fechas se hace referencia a este
molino situado en la Nava, como tampoco aparece reflejado en el Catastro de
Ensenada según las respuestas dadas por los regidores de la Villa de Peñas de
San Pedro el día 6 de Febrero de 1753. En esta comunicación tan sólo aparecen
diversos molinos de agua en el Término de la Peñas de San Pedro, pero ningún
molino de viento. Por lo que, o bien por aquel entonces el Molino Boriles,
aunque ya existía no estaba operativo, o lo que parece más probable, todavía no
se había construido.
Pero dejando de
lado su antigüedad, lo que hace verdaderamente singular al Molino Boriles es su
forma de construcción, que lo hace único en España, ya que no se corresponde
con el modelo mediterráneo ni con el manchego.
La estructura esta realizada con una base de
forma troncocónica de 1,30 metros de altura de cada capa superpuesta, el grosor
del muro de 90 cm, y un perímetro exterior de 19, 30 metros. Continua
elevándose como si se superpusiera otra capa troncocónica de menor perímetro
que la anterior, observándose en el interior como se forma una repisa al acabar
en ella un enlucido de bóveda. Termina la tercera capa de forma aboveda
incompleta al estar situada en el techado el rotor, por lo que el techado debió
ser de otro material..
La altura de los restos visibles es de 3,90 metros, observándose una ventana al saliente, que seguramente servía para sacar los sacos de la molienda y para tener luz del sol a primera hora de la mañana, y una puerta de entrada al mediodía.
La altura de los restos visibles es de 3,90 metros, observándose una ventana al saliente, que seguramente servía para sacar los sacos de la molienda y para tener luz del sol a primera hora de la mañana, y una puerta de entrada al mediodía.
Pero sin duda lo más llamativo de este
molino situado a 950 metros de altitud es un machón cilíndrico de 1,20 metros
de altura y 4,10 de perímetro, el cual soportaría el peso del piso donde se
encontraban las piedras (solera y volandera) y el resto de la maquinaria.
El viento es la
fuerza usada tradicionalmente en muchas zonas de La Mancha para la molienda del
grano debido a la ausencia de cursos de agua permanentes que son los que
posibilitan el molino hidráulico.
Estos ingenios requerían una gran
destreza en su manejo por tratarse de un artefacto de precisión que necesita de
conocimientos precisos, tanto sobre la maquinaria como sobre los vientos.
Circunstancia ésta que obligaba a los molineros a tener un gran conocimiento de
los vientos, al igual que los marineros, para aprovechar esta fuerza y también
para evitar problemas con el mantenimiento de la maquinaria. El desastre
extremo que podía producirse es que el molino "clavara la cabeza" o
"hincara el pico", hecho que se produce cuando hay un cambio de
viento repentino que hace que éste sople de espaldas a la orientación del
molino. Cuando esto se producía significaba restituir íntegramente toda la
maquinaria.
En Cuanto a la descripción de
un molino de viento podemos señalar:
La torre, elemento inmueble principal del
molino se construye en mampostería de piedra, cal o yeso, revocada en el
exterior y el interior, y forma troncocónica, escalonada en algunos casos (como
es el caso de el Molino Boriles).

El
funcionamiento de la maquinaria se basaba en hacer girar una rueda vertical inclinada o de puntería
que transmite la fuerza del viento que recogen las velas. Esta rueda se engrana
con otra, horizontal o linterna,
que transmite la fuerza a un eje donde se encuentran las dos piedras de moler
(la de abajo fija, solera, y la
de arriba móvil, volandera). La
energía eólica era recogida mediante velas
que partían de un eje de madera
de gran tamaño atadas con sogas en todo su borde a los palos. Todo este sistema
se encaraba al viento moviendo todo el chapitel del molino mediante una gran
viga, llamada guía que a su vez
se sujetaba a unos puntos de piedra alrededor del molino para fijarlo.
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Molino de los Genoveses. Almeria. |
Como decimos, la construcción de este
singular molino no se corresponde ni con el modelo mediterráneo ni con el
manchego, aunque se aproxima, en algunos elementos, al modelo mediterráneo, y
más concretamente a diversos molinos existentes en la zona de Murcia, Almería (como el molino de los Genoveses) y Cádiz
(como el molino del Conde o de Santa Ines, en Vejer de la Frontera), algo que
hace más interesante si cabe la investigación sobre su origen.
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Molino del Conde o de Santa Ines. Vejer de la Frontera (Cádiz) |
No obstante, efectivamente se trata de un
molino único en España, fuera de toda norma en cuanto a su construcción y del
que resulta difícil encontrar su origen.
Buscando información que pudiera arrojar
algo de luz en relación al origen de este molino encontré un dato curioso –al menos
a mí me lo parece-. Se trata del nombre o apellido “Boriles”.
En la Nava de Arriba existe ese
mote o apodo (boriles), pero entiendo que es posterior a la construcción del
molino, por lo que buscando datos sobre ese apellido para intentar descubrir el
origen del posible constructor o antiguo propietario del molino, encontramos que se
trata de un apellido de origen italiano.
Borile es un apellido típico veneciano que también está presente
en Lombardía y Piamonte. Curiosamente, donde más personas apellidadas hay en el
mundo es en Pádua, Italia, por lo que encontramos una curiosa conexión entre el
Molino Boriles (“Borile”) y nuestro patrón, San Antonio de Pádua. Quien sabe si este curioso molino fue
construido hace varios siglos por un italiano apellidado Borile (de ahí Molino Boriles), y quien sabe igualmente, si
aquel primer molinero de la Nava tuvo algo que ver en la adopción de San Antonio
de Padua como patrón de nuestra aldea.
Sea como sea, y dejando de lado estas conjeturas, estamos ante una construcción histórica y singular
que merece la pena visitar, por el molino en sí y por el entorno. Y por otro lado, por esa misma razón se
debería proteger. Aunque se trata de una propiedad particular, no estaría de
más que el Ayuntamiento hiciera lo que esté en su mano para proteger (ya no
digo restaurar) este molino único. Mucho me temo, que de no ser así, dentro de
muy poco tiempo sólo veamos un montón de piedras donde antes estuvo el Molino
Boriles. Un molino único.